Revista Invisibles
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Año 5 / Número 22 / Diciembre 2017
Poesía

Color Pastel: antología 2004-2012


Presentamos una selección de poemas del fanzine que reunió durante sus ocho años de vigencia a destacados exponentes de la nueva poesía argentina. Cuatro años después de su última publicación en 2012, sus editores decidieron compilar todos esos poemas dispersos en una antología de la que ofrecemos una pequeña muestra.

Selección e Intro de Germán Lerzo
Imagen
En el año 2004, comenzó a circular un fanzine de poesía de distribución gratuita en librerías, bares y teatros del centro de la Ciudad, San Telmo, Almagro, Villa Crespo y Caballito, en los alrededores de Puan. Los lectores curiosos, cuando tenían la dicha de encontrarlo, no dudaban en llevarse un ejemplar dentro del bolsillo. Esa breve pero atenta selección de poemas de autores argentinos llevaba por título Color Pastel. La plaqueta incluyó en sus dos primeras publicaciones poemas de Olga Orozco y Alejandra Pizarnik. Pronto se supo que los responsables de este divertimento literario eran Germán Weissi y Laura Mazzini. Con el tiempo, el proyecto empezó a crecer, a tomar forma, y Color Pastel se fue expandiendo, así como la participación de jóvenes poetas del nuevo milenio que encontraron en esta publicación un buen motivo para hacer circular sus palabras por todos los rincones de la ciudad.

La publicación incluyó a autores nóveles y a otros de gran trayectoria. Entre los poetas que participaron de este proyecto podemos mencionar a Diana Bellessi, Osvaldo Bossi, Mariano Blatt, Romina Freschi, responsable del prólogo a esta antología impresa, Fernanda Laguna, Laura Lobov, Dani Umpi, Mariano Dupont, Gustavo Alvarez Nuñez, Francisco Garamona y tantos otros. Con el tiempo, la expansión de Color Pastel superó aquella zona de influencia originaria y fue conquistando otras latitudes hasta llegar a teatros, festivales de cine, bibliotecas y centros culturales ubicados en diferentes zonas del país. 

A fines del año pasado, sus editores decidieron, con buen criterio, hacer una delicada edición impresa que recopila todos esos poemas dispersos en un solo ejemplar que hoy tenemos entre nosotros, como registro y prueba de ese trabajo estético, gratuito y de excelente calidad. A continuación ofrecemos una selección representativa de esa obra colectiva que da cuenta de un registro y de un estilo generacional.
​

                       
Historia clínica
                                                        
Gustavo Álvarez Núñez
(2012)
                                                 

 
 
Yo era pequeño.
 
El llamado era de larga distancia
y por la cara de mi madre
no eran buenas noticias.
 
Con mi hermano la vimos llorar
e instintivamente nosotros también lloramos.
 
No recuerdo bien si mi padre estaba en casa.
 
Años más tarde entendí lo que significaba
la palabra “contención”:
nos abrazamos todos tan fuerte
que podría haber caído la bomba de neutrones
ahí mismo
que éramos invencibles.
 
Había muerto su padre, mi abuelo,
al que nunca conocí.
 
                         *

Hablo con mi madre y lo entiendo todo:
mi padre es una persona muchas veces
insoportable
y se hace muy difícil convivir con él.
 
Al rato hablo con mi padre y lo entiendo todo:
mi madre es una persona muchas veces
insoportable
y se hace muy difícil convivir con ella.
 
                           *
Todos los padres esperan de sus hijos
las altas calificaciones de la vida burguesa:
un trabajo estable y bien pago,
una familia madura y nietos a granel,
un llamado o una visita no muy espaciada.
 
Pero a veces se tienen que conformar
con que seamos normales:
trabajos precarios y mal pagos,
enredos amorosos y abortos clandestinos,
esporádicas visitas y comunicaciones lacónicas…

 
​
 A la espera de que cosas maravillosas sucedan
 
 Mariano Blatt
    (2006)

 
 
Juani

la forma en que está parado en la esquina, esperando.
Juani cuando da un paso al costado
para que el sol le siga dando.
 
Juani
el buzo blanco que tiene puesto, la capucha
la boca, los labios, la forma en que mira
la canción de la que se está acordando.
 
Que si Juani quiere, pueda volver
y todo esté ahí todavía. Que si se aburre de esperar
si considera que necesita volver
vuelva.
 
Si quiere tener novia, que la tenga.
 
La novia de Juani.
Juani apoyándola contra la pared.
La novia volviendo a su casa, llamando a su amiga.
Juani, con sus amigos, yendo a la cancha.
La duda que a veces tiene
pero no la puede contar
ni a la novia, ni a los amigos.
La duda que lo inquieta
de que todo puede terminar, y si quiere volver
no pueda.
 
Juani
la sensación que a veces tiene
de que no va a durar para siempre, de que en algún momento
ya no van a estar
algo se va a perder.
 
Juani
el miedo que tiene
la forma en que disfruta.
 
Que Juani no tenga que estar pensando
“esto se va a acabar”
cuando todavía no se haya acabado.
 
 
A la espera de que cosas maravillosas sucedan

Solo hoy los pájaros
regalan un vuelo especial:
planean en raras formas curvas
mientras la orquesta
hace su último ensayo.
El viento trae a mi balcón
como las notas que los músicos
ajustan en sus instrumentos.
Ahora
la orquesta suena en su esplendor
para ningún público
más que el monumento, los bosques
y el río,
algo más allá.


 
A un artista rural

Francisco Garamona
         (2008)

 
 
La biblioteca

Esa tarde que caminamos
rumbo a la biblioteca
y por la explanada de cemento
un pájaro nos quería picotear en la cabeza.
Con sus alas cada vez más tensas
vibrando como una banda elástica.
Porque a través del pánico
o por elevaciones de montañitas verdes,
se nos aparecía comiendo unas semillas,
formas de extrañación.
–¿Pero qué quería decir en ese ir
y venir que eran paréntesis
de una profundidad sin simetría?
¿Que lo alimentaban siempre cuando era un polluelo?
–Era una preparación, claro…
Íbamos a la biblioteca que estaba cerrada
y nos decía más sola: ¿para qué?
 
 
Literatura de nieve

Metiste las manos entre las piedras
buscando la misma nieve que ahora filtra
la luz solar, los mismos pastos doblados,
el silbido de un chico de pelo colorado
con pecas en los ojos, agitando su brazo
afantasmado sobre el borde de un ropero.
El pulóver beige del obrero está sobre la mesa.
La pollera a cuadros de una hermana
flamea entre las ramas del pino.
Cuando entraste a la chacra, después de admirar
las construcciones adyacentes dispersas por ahí,
fuiste corriendo a rellenar un botellón de agua
con que daban de tomar a un perro viejo…
Había ideas que volvían a imponerse de una manera nueva,
mientras caminabas rumbo a un arco iris de plata,
para desenterrar tesoros y olvidar viejos traumas.
 
 
A un artista rural

Ahora comienza a trepar por plantas muy cargadas.
Por la camisa raída asoman los pechos de la muchacha.
Unos sauces parpadean en torno al río
entre dos silabeos de profundidad.
–¡Hola! –dijo el pájaro carpintero
que trabajó para vos unas semanas.
Él juntó las semillas y rasgó la bolsa
del viejo sembrador para comer directamente desde ahí.
Llamaste a tu madre dormida en los pastos
y tu padre brilló como un diamante.
Había un espacio menor, dos conos
como pozos de la tierra y un camino que seguía
hasta perderse entre las ramas podridas de un barranco.
¿Viste soldados con quepis colorados
ocultándose en las plantas?
Ellos se continúan en las hojas y vuelven
para hablarte al oído en un silbo rural, monótono…
Ayer tuviste una enfermedad que varió la apariencia
de tu rostro y cuando te miraste en el espejo,
creíste que empezabas a cambiar otra vez.
¿Pensaste en esos mendigos que dormían
en el pórtico de plomo de una casa encantada?
Ayer los seguiste mientras iban por la quinta,
con los bolsillos repletos de avellanas…
Dejá que la botella se termine,
que se esfume la corona de hojas secas
del pensamiento. Ahora los perros
se llevan tu voz, dentro de un galpón
destartalado, con los techos derruidos
y la estructura de ladrillos que se muestra.

 

 Poemas
 
  Diana Bellessi
        (2007)
 
 
Encuentro en El Alba

¿Será que estoy muerto y no me lo cuentan?
dijo tocándose como si fuera
un niño las grandes orejas tan tierno
que daban ganas de darle un abrazo
para seguir con el cuento diciéndole
sí, es el pasaje a un círculo ignoto
y Dante no lo tuvo previsto, ¿ves?
el último rojo en sombra del río
y el otro naciente en esas magnolias
y es más, el rojo de los manzanitos
llamados también cerezos de oriente,
tan inflamado el invierno anochece
en islas de un trópico que su agosto
helado tiene, paraíso al sur
donde vos decís de pronto ¿será
que estoy muerto y no se dan siquiera
cuenta? o acaso querías decir
¿estamos muertos que hay tanta belleza?
o más bien, ¿me hablan a mí dulcemente
o al muerto? y al fin: ¿me ven? ¿alguien me quiere?
y así se da vuelta la rueda también.
 
 
La pequeña ventaja

“¿Un descanso?”, me dice Enzo al verme
sentada en un muelle al anochecer
y yo respondo señalándolo y él
tras un silencio agrega: “Es hermoso”,
 
todos nos parecemos tanto, oculto
en el fondo un rasgo y a la primera
oportunidad, si el otro sin pudor
lo muestra ahí logramos enunciarlo,
 
y así se ve el alma luminosa
del mundo que un poco le gana siempre
a la sombra, por eso seguimos vivos,
por la pequeña ventaja que a veces
 
se ensancha y otras adelgaza, pasar
la sombra también, el desierto propio
claro, transmitirlo si pudiéramos
guardando aquella mínima ventaja
 
de la dicha en montonera y más aún
de la dicha a solas que únicamente
otro te refrenda, como Enzo hoy
diciéndome: “Es hermoso”.
 
 
La furia

Salta en arco y se apoya en sus patas traseras
y vuelve a saltar se abalanza en el aire y ladra
de un extremo al otro como si no tocara
el suelo como si fuera el envión del salto
la verdadera gravedad del cuerpo flaco
con las costillas marcadas por la soledad
y por el hambre que hacen de su fiereza
hermosura intocable no obstante cada día
me quede ahí y le hable porque tirarle un hueso
parece sucia traición antes del amanse
 
de entendernos así nomás sin que haya premio
ni migaja mediante que apague su furia
destinada al mundo por esta encerrona
violenta de ser guardián en casa vacía
cuidando nada que valga la pena, fuera
de amor, sí, el salto seguro alcanzaría
el cielo y eso es lo que busco lo que quiero
amansándome a su lado con santa paciencia
para honrarlo en lo mejor del perro humano.
 
 

 
 Poesía geométrica
 
  Fernanda Laguna
   (2005)

 
 
Código

Lo he contado muchas veces,
todo bajo el número que no diré.
Cinco cifras y un corazón al final
que tiene una cara roja y la otra...
 
Tampoco lo diré.
Adivina...
¿De qué color es la otra cara del corazón?
Es fácil, muy fácil,
caliente...
 
 
Casi

Casi arruino la remera
–me pregunto–
¿por qué lo hice?
 
¿Por qué lo hice?
Me pregunto... Y si no ¿qué?
¡Qué!
Me preguntas ¿qué?
¿Qué quieres decir con qué?
No comprendo...
repite la pregunta,
amiga.
 
 
Querida mamá:

aunque esto parezca una carta
es una poesía.
Gracias y no tantas.
Cariños,
besos para papá
también.
 
 
Llevo una carta
​

¡A la casa de la Srta. Carranza! ¡Por favor!
Pavón 62, esq. Bejerman.
Mis dos calles amigas,
la esquina de mis sueños.
 
 
Tres poemas geométricos
 
N 1

La dama antigua
era feliz
con su falda casi rozando el polvo
y
sus zapatos blancos
como dos linternas.
 
N 2

La reina acostada en el pozo
con un velo que la protegía casi de los mosquitos
tocó la rosa quebrada
y se durmió.
 
N 3

El color blanco
de la casa apagada.
Había una rosa sobre el mantel
metida dentro del pico de la tetera.
Roja, derretida por el calor del aire y del agua.
Pero la casa era blanca
y se sentía una frescura especial.
 

 
 Canciones incómodas
 
  Andi Nachon
​     (2007)
 
 
Beso: para vos dios entregó piedra y giro

Horas imposibles panza arriba
pedís helado y siesteás
acovachando su cuello. Toda la noche rock y fiesta
todo el día. A pata suelta, pequeña zahorí
sí sabés: 10 segundos dura esto y –con suerte
acaba en un bostezo.
 
 
Movimiento ocular aleatorio: al perder mi religión

–Me gusta el cilantro
a mi cuerpo no –esa clase de saber para vos
que buscaste –quisiste– tanta cosa y esta tarde
pastás plácida al sol. Una manzana mientras marzo
instala su bendición
del cilantro textura, perfume alimonado, aunque tu cuerpo
le diga no. Intensidad y ciertas formas
pasajeras de evidencia
retobada por ahí buscabas: ahora banderas rojas –arco iris
para que el día a día intente
posibilidad para todos
incluso para vos. Plácidamente al sol
este marzo pastando aquí su bendición y en sus entrañas vas
atenta a tu cuerpo y al cuerpo
de algo más. Dijiste mucho
sin decir suficiente cuando esta tarde
del ansia postularás: que la noche traiga abrigo
y llegues vos a ver la gracia
tras las hojas del cilantro, en la piel de la manzana.
 
 
Juventudes sónicas: golpes de sol

“Aunque sea alguien” sostenías al pasar igual que se pasan
ciertas formas breves del amor o postres
demasiado dulces en la sobremesa. Alguien
implicando otro y un giro
distinto del scalextric, básicamente algo
diferente a vos. Aunque sea otros entonces
dijiste con palmas abiertas ante ese borde
cuando esta tarde se vuelca plena
sobre la noche. Ninguna maravilla, cobijo y explosiones
transitorias de la dicha: obsequios dados en el paso
de baile hacia otro lado. Entonces te veo ahí
tramás mapas estelares y guías
nos acompañen un rato a través del paraje
de esta tarde hacia otra noche. Jacarandás en flor
lluvia violácea con constancia, recuerdo es todo esto
que brilla en lo oscuro –papel del alfajor
lucecitas navideñas de febrero– eso todo puente
y otras curvas del scalextric. Alguien aunque sea
volcarte así hacia afuera. Así.




Color Pastel: Fanzine de poesía. Antología 2004-2012 se puede conseguir en Librería Mi Casa, Run Run Libros, Céspedes Libros, Colastiné Libros, entre otras. 

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